Los técnicos españoles están en la vanguardia del fútbol mundial
El ADN de los técnicos. Me da que los entrenadores españoles no son conscientes de lo que llevan en su ADN particular hasta que salen al extranjero. Y cuando lo hacen, se dan cuenta de que lo que ha ocurrido en el deporte español desde los Juegos del 92 les ha colocado en la vanguardia del fútbol. Saben un montón, entienden el juego con una facilidad que sorprende a los nativos, proponen entrenamientos, tácticas, maneras de trabajar novedosas que mejoran a los clubes que les han contratado. Echen una ojeada: encuentran preparadores físicos, entrenadores, directores de canteras de nuestro país en todas partes, de Inglaterra a Dubai, de México a la India.
Adelantados. Los primeros exploradores (Rafa Benítez, Pako Ayestarán, Paco Herrera, Juanma Lillo, Pep Segura, Juande Ramos...) descubrieron pronto que su manera de trabajar podía funcionar fuera, pero también que eran unos adelantados a su tiempo. ¿Cómo ocurrió? Con la profesionalización de todos los aspectos del deporte (y del fútbol también) gracias a la inversión pública y privada de los Juegos de Barcelona. El entrenamiento empezó a estar basado en ciencia y en conocimientos. Y se importó mucho talento extranjero que educó a los nuestros, abiertos de mente, hambrientos de sabiduría y con muchísimo compromiso con su profesión. Se pusieron por delante.
Pako Ayestarán. Uno de ellos, Pako Ayestarán, va camino de ganar la liga en Israel con el Maccabi Tel Aviv (están en semis de copa y ya ganaron la Toto Cup) tras haber pasado por Inglaterra (ganó, entre otros, la Champions con el Liverpool), Portugal (asistente de Quique Sánchez Flores en el Benfica) y México (donde ganó la segunda división con Tecos).
Métodos. Pako, como otros, se encontró en otros países con un concepto del entrenamiento repartido en compartimentos estanco. Lo condicional estaba separado de la estrategia o lo táctico. Los españoles (y los portugueses también) lo juntaron todo en una manera nueva de entender la preparación del partido. Ya no se trabajaba la plantilla de partido a partido, sino que se hacía en función de las características de los jugadores. Además el entrenamiento ya no era sólo un montón de ejercicios, sino la manera de mejorar un estilo predefinido.
El idioma. Le falta al entrenador español más idiomas. Y un poco más de valentía. Porque podrían conquistar el mundo. Y eso que cuando salen, se adaptan con muchísima facilidad. Pero antes hay que darle a los codos y aprender el inglés. Vamos.