Un atletismo en regresión
Dos platas en los Europeos de atletismo en pista cubierta. De Pablo Torrijos, un chaval de Castellón (22 años) que va para fenómeno, y de Indira Terrero, una atleta cubana de 29 que no regresó a su país en 2010 y a quien, tras realizar sus mejores marcas en Valencia con Blanquer como entrenador, se le concedió la nacionalidad a dedo el año pasado para que nos ganara medallas. Está cumpliendo. El verano pasado ganó una y ayer, otra. Pese a ello, nuestro atletismo ha vuelto a dar un paso atrás. Como no se esperan más subidas al podio, los treinta atletas seleccionados regresarán con dos medallas. Salen a una por cada quince. Hacía 21 años que no se producía proporción tan negativa, ni que ganábamos tan pocas medallas.
Creía que habíamos tocado fondo tras los aceptables Europeos al aire libre del pasado verano, y que éstos en pista cubierta, siempre más asequibles, iban a servir de trampolín. Había gente joven y que llevaba una temporada en progresión. Pero llegó la hora de la verdad y más de la mitad del equipo se vino abajo. Dieron la cara los de siempre. Aunque no ganaran medalla. Pero estuvieron ahí. No hay que individualizar. El problema es general. De concepto. No se puede llevar a unos Campeonatos gente que cae a la primera con peores marcas de las que va. Esto se viene repitiendo año tras año. Por eso los récords negativos se acumulan. Por cierto, otro más: hoy, final de 1.500 sin españoles. Hacía 31 años que esto no se veía.