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Lección de fútbol

Merecidísimo. Quitando la invención de Bale, una ocurrencia fuera del guión, el Athletic no sufrió apuros para derrotar al Madrid gracias a una lección de fútbol. Porque a este deporte, más allá de con el balón, se juega con un valor que mueve montañas: la fe. Y los leones estuvieron en eso muchos metros por encima de los de Ancelotti. Les dio igual afrontar el clásico con agujetas de la semifinal copera. Ganaron cada batalla individual en el campo y tomaron oxígeno con el esférico ante la nula presión madridista. Y conservaron la joya de Aduriz como un tesoro, sin tembleque.

Capítulo aparte merece su ariete, que con 34 años apunta a eterno. Su suspensión en el aire para batir con un cabezazo de época a Casillas fue simplemente excepcional. ¡Qué golazo! Y el poste le quitó la gloria del 2-0. San Mamés vuelve a creer en un proyecto que tiene una fecha marcada: el 30 de mayo. El Barça ya no parece inabordable. La fe, amigos.