Banega con traje de luces
Hay que hacerse el cuerpo a que Banega dé la espantá cualquier día. Sus precedentes en Valencia, Atleti o en la misma selección de Argentina le delatan, así que es difícil pensar que pueda convertirse en bandera del Sevilla. Banega es un jugador para disfrutar en sus buenas tardes, sin esperar mucho más de él, ninguna fidelidad. Cualquier día pinchará, pero ante el Atleti se gustó y tuvo momentos de fútbol realmente deliciosos. Con Krychowiak de escudero e Iborra de parabrisas limpiándole a Mario, fue el metrónomo de su equipo y desarmó al Atlético, muy dominado por el Sevilla, que le hizo parecer un equipo inferior.
El Sevilla gustó. Fue un equipo rico tácticamente, con alternativas en el ataque posicional y la estrategia y si llegó cansado de Moenchengladbach lo disimuló tan bien como sus bajas en defensa. Pero el premio a todo lo que hizo bien fue un 0-0 algo frustrante. El personal se fue de Nervión satisfecho porque el Atlético, un grande Europa estos días, fue neutralizado. Pero en frío el empate pinchará. Al Sevilla, metido en la batalla de la Champions contra dos presupuestos superiores y en la Europa League, puede que le llegue pronto el momento de elegir. El camino de Varsovia, a estas horas, empieza a parecer el más corto. Sobre todo si a Banega no le parece que está demasiado lejos.