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La UCI manda, pero cuidado

En el deporte de hoy en día, hay competiciones que funcionan al margen de las Federaciones. Estas les dan amparo, pero apenas intervienen en su organización. Son, sobre todo, aquellas que tienen carácter profesional. Se fueron creando a imagen de las cuatro ligas profesionales de Estados Unidos: baloncesto, hockey sobre hielo, fútbol americano y béisbol. En el tenis tenemos la ATP; en el golf, la PGA; en la Fórmula 1 y las motos, sus Campeonatos del Mundo dirigidos por Ecclestone y Ezpeleta, respectivamente, que nada tienen que ver con las federaciones de estos deportes; en el ciclismo, el World Tour, donde aunque esté metida la UCI, quienes mueven el negocio son ASO, organizador del Tour y la Vuelta, y RCS, organizador del Giro.

Y aquí puede venir el lío. La UCI quiere retirar del World Tour al Astana por sus reiterados casos de dopaje. Tiene todo su derecho y hace bien. No va a pasar nada, porque ASO y RCS están comprometidos con la lucha contra el dopaje, pero si esta medida va a afectar a Nibali por el hecho de pertenecer al equipo kazajo, es posible que se quede fuera de las grandes vueltas sin haber dado nunca positivo. Y un Giro, un Tour o una Vuelta no vale lo mismo con Nibali que sin él. Todas las grandes carreras pertenecen a ASO y a RCS. Hace unos años ya hubo un movimiento por parte de organizadores y equipos de lograr mayor autonomía por parte de la UCI. Sin carreras y sin ciclistas, no hay ciclismo. Por eso, cuidado. La UCI tendrá razón, pero que no tense la cuerda.