El Madrid debe salvar el primer asalto rotando
No quieren sustos. El Real Madrid debe tratar de salvar el primer asalto de la Copa con rotación repartida, sin necesidad de botiquín, evitando desgastes. El equipo de Laso suele salvar compromisos de este tipo por la contundencia de su columna vertebral nacional (Chacho, Llull, Rudy y Felipe Reyes), mientras que el CAI adolece de lo que la mayor parte de los equipos españoles cuando se enfrentan a los grandes: faltan contundencia y referencias cerca del aro. Reúne un grupo llamativo de tiradores/anotadores, pero esta temporada aún no han ofrecido el nivel deseado ni desde la creación de sus bases ni en el puesto de cinco. La suma de Katic y Norel (éste tardó dos meses en ponerse en una forma mínimamente resolutiva) no ha sido la esperada. Esperamos con interés la resolución que Laso siga ofreciendo en descartes y reparto de minutos entre Bourousis, Mejri y Slaughter a lo largo del fin de semana. De primeras, Slaughter dentro, pese a sólo haber jugado un partido de Liga. Gran Canaria y Joventut son dos hipotéticos rivales muy diferentes, los informes sobre el rival de semifinales deben llegar ya redactados desde Madrid.
Sin grandes alardes. El Barcelona es semifinalista por acopio, por cantidad, calidad y disponibilidad de recursos. Explotó y lució plantilla contra un Valencia que compareció preparado, aplicado y detallista. El Valencia supo empezar bien, cerrar la defensa para no permitir la sangría interior de los grandes azulgrana y metió los tiros. Incluso fue capaz de luchar por el partido en el tramo final gracias a los balones perdidos provocados y al rebote ofensivo. Pero al equipo de Carles Duran no le llegó en el cómputo global con intercambiar canastas. Los lapsus de Loncar y la multiplicación de Dubljevic dieron más de lo esperado contra Tomic, pero Lucic no estuvo a la altura y se despistó como un jugador de los Washington Generals (rivales habituales de los Globettroters) contra un despiadado Abrines. Al Barcelona le bastó con las sutilezas de Doellman y los calentones de Hezonja para superar al Valencia, sin Lampe y casi sin Huertas, Nachbar ni Navarro.
Unicaja también. El Unicaja llegará en día y hora al encuentro previsto de mañana. Frente al Bilbao no permitió deslices con su capital de valor, sus blue chips, a gran nivel. Granger y Kuzminskas son jóvenes, sobradamente preparados y ambiciosos como para obviar mediciones y controles. Esta es una competición para lanzarse a tumba abierta, sin freno, algo a lo que parecen dispuestos el uruguayo y el lituano. El Bilbao mantuvo la barbilla arriba con sus titulares y con Latavious Williams, pero se bloqueó en los minutos de complemento, de banquillo. El Unicaja está listo para defender en sábado su fama liguera y sus dominios.