Emilio Alzamora, sinónimo de éxito para los jóvenes
Fabio Quartararo ha dado la sorpresa en los primeros test de pretemporada de Moto3. Han sido, bien es cierto, unos entrenamientos muy condicionados por la climatología adversa, hasta el punto de que los pilotos sólo pudieron rodar con normalidad durante la primera jornada. Pero en cualquier caso, su mejor tiempo en Cheste es una prueba irrefutable de su talento, incluso considerando que éste es uno de los circuitos que conoce a la perfección (como participante del CEV) y ésa no será la norma a lo largo de los grandes premios de 2015. El francés es la última joven promesa (15 años) que llega al Mundial de la mano de Emilio Alzamora, que se ha convertido en una especie de Rey Midas en esto de descubrir valores emergentes del motociclismo.
La responsabilidad de Alzamora como representante se limita a los hermanos Márquez, Marc y Álex, pero sus equipos en las categorías inferiores son El Dorado para todos aquellos chavales que aspiran a alcanzar la élite. Apoyado en la infraestructura técnica de la Escuela Monlau, el excampeón mundial de 125cc en 1999 es capaz de ofrecer medios de primerísima categoría a los pilotos, con las mejores garantías para luchar por sus ambiciones desde el primer día que se suben a la moto. Y más allá de lo evidente está lo intangible, el método que el ilerdense aporta a sus pupilos traducido en una formación integral que les resultará crucial si su trayectoria deportiva tiene continuidad: desde el trabajo en equipo a las relaciones con la Prensa, pasando por la humildad, el esfuerzo o la perseverancia. Con todo ello, no es de extrañar que cualquier aspirante a campeón anhele formar parte de una estructura que casi siempre es sinónimo de éxito.