Blanco no da puntada sin hilo
Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español (COE) también de la candidatura olímpica Madrid 2020, antes de la Federación Española de Judo, también de la Confederación de Federaciones Deportivas Españolas (COFEDE), y antes de la Federación Castellano y Leonesa de Judo, es experto en organizar cenas para confabular. Las instauró en los años 90, cuando las Federaciones se sentían desamparadas por el Gobierno. No les faltaba razón. Llegó a haber cinco presidentes del CSD entre 1996 y 2000. El COE, por aquel entonces, tampoco les prestaba atención. Lo presidía gente de la nobleza y no se metía en líos. En esas cenas, convocadas mensualmente por un presidente de Federación, Blanco solía llevar la voz cantante.
Cuando el CSD se estabilizó con la llegada de Lissavetzky, las cenas prosiguieron, aunque con menor frecuencia. De ellas nació la COFEDE, que sirvió de trampolín para que Blanco presidiera el COE. La práctica totalidad de quienes formaban la COFEDE le avalaron, con lo cual cualquier otro candidato que quisiera presentarse no encontraría los avales necesarios. Un presidente que se lo negó fue José Luis Sáez, de Baloncesto, quien menospreció aquellas cenas de Blanco calificándolas de mesa-camilla. Se equivocó. Todas las cenas le han valido a Blanco para escalar peldaños. Ahora las cenas tienen como objetivo a Cardenal. Blanco ha hecho frente común con Villar, pero hay presidentes que empiezan a desmarcarse. Blanco, esta vez, va a errar el tiro.