Borbalán estuvo muy acertado en el Calderón
Fernández Borbalán tuvo una actuación en la primera parte con pocos problemas. Y los que se le presentaron los solucionó acertadamente, sobre todo por la tarjeta que mereció en el minuto 28 Kroos, que hizo una zancadilla-patada por detrás a Griezmann. No llegó a ser para roja, tal y como iba el partido, aunque el alemán no podía llegar al balón. Hubo otra acción en la que Gabi vio tarjeta en el 44’ por entrar por detrás, con el codo a la altura de la nuca, a Coentrao. Bien vista. Fuera de las tarjetas, en el minuto 7 hubo un choque de Khedira y Godín en el área del Atlético cuando el jugador rojiblanco intentaba rematar. Se pidió penalti. No lo hubo. La otra acción dentro del área se produjo en el minuto 34. Godín chutó y el balón le dio en la cara y luego posiblemente en el brazo a Khedira. Por eso, por darle primero en la cara, no fue penalti. En el minuto 22 Borbalán tuvo su único fallo, ya que Benzema se llevó el balón con el brazo y el colegiado no lo vio. Ni lo pitó ni, por tanto, le enseñó amarilla, y luego llamó la atención a Simeone por protestar. Por último, en la primera mitad, su linier acertó en el minuto 23 al pitar fuera de juego de Griezmann, que se quedaba solo. Lo fue por unos centímetros...
Tras la reanudación ató el partido Fernández Borbalán viendo lo que se le podía venir encima. Lo hizo con tres tarjetas en el 48’ a Arda, en el 51’ a Raúl García (que la vio por protestar cuando estaba calentando en la banda) y a Godín en el 53’ (esta también por protestar). Tras sacar estas cartulinas tan seguidas se metió el partido en el bolsillo. En el 48’ el Madrid pidió la segunda amarilla a Gabi por mano, pero fue una acción en la que no cortaba ningún tipo de pase del contrario. No todas las manos son de tarjeta...
Hay que decir que sólo existió en esta segunda parte, ante la inoperancia de la delantera del Madrid, una sola jugada reclamada por Jesé. Fue una supuesta falta que no existió de Miranda dentro del área. Por último, en el 88’, no hubo fuera de juego de Torres en el pase de Tiago que dio origen a su centro para que Mandzukic marcara el 4-0 definitivo.
En general, los jugadores facilitaron la labor de Fernández Borbalán, que se fue satisfecho por hacer un gran arbitraje en el Vicente Calderón.