Un nuevo aviso al Madrid

Esta temporada el Madrid de baloncesto se encuentra en la zona alta de cuantas competiciones participa, pero va a trompicones. Cuatro derrotas en la Liga y ya tres en la Euroliga. No tienen gran importancia de cara a su clasificación para la disputa de los títulos, mas denotan falta de fluidez y, sobre todo, de consistencia cuando de lo que se trataría es de dar un golpe de autoridad dada la categoría del rival de turno. No lo hizo en Málaga ni en Barcelona; tampoco en Tel Aviv. Y eso que empezó jugando de maravilla, lo cual tuvo fiel reflejo en el marcador al término del primer cuarto: 23-31. Pero la diferencia se fue reduciendo paulatinamente, hasta desaparecer por completo. El problema es que no es la primera vez que le sucede.

Aún escuece ese 27-10 con el que ganaba al Olimpiacos tras el primer cuarto en la final de la Euroliga de hace dos años, convertido al final en un 88-100. Y en la del año pasado, esos 25 puntos encajados en la prórroga ante el Maccabi. Era la segunda Euroliga que volaba tras haberla acariciado. Esta temporada la Final Four es en el Palacio, y no hay más objetivo en el Madrid que ganarla. Difícil cometido, porque el equipo se atranca cada vez que el compromiso es serio. Las rotaciones no funcionan con la soltura de la temporada pasada, y a los jugadores se les ve agarrotados, a excepción de Llull y Reyes. La derrota ante el Maccabi se convierte, por tanto, en un nuevo aviso de que la cosa no va como se esperaba. La Copa dictará sentencia.