Una pena. Un Atlético-Barcelona de Copa, y más cómo había empezado el partido de anoche en el Calderón, no merecía acabar como acabó. Un partido de este nivel, podría considerarse una final anticipada, merece un árbitro de categoría, un colegiado de primer nivel, no uno como el que dirigió anoche el encuentro: se cargó el partido y no dio una a derechas. Gil Manzano estropeó un choque precioso con una actuación lamentable. Pitó un penalti que no es, se comió otro que sí (y que pudo acarrear expulsión), expulsó a un jugador en el túnel de vestuarios, no quiso ver una acción muy fea de Arda que tuvo que acabar con el jugador turco fuera del terreno de juego... Una pena que un espectáculo como el que ambos equipos ofrecieron en el primer tiempo acabara así. Al final acabamos hablando de una crónica de sucesos en vez del gol de Torres o las exquisiteces de Messi. Pero esto del fútbol es así y cuando piensas que ya lo has visto todo sucede algo como lo de anoche. Al final, el Atlético está fuera de la Copa y tendrá que centrarse ahora en Liga y Champions.
Ansaldi. Por si fuera poco nos enteramos de que a Ansaldi le detuvieron y vivió su particular noche de miércoles. Cuando a uno le vienen mal dadas... El argentino lleva un 2015 muy negro, pues su lesión le está impidiendo participar en el equipo de Simeone.
El rival. Ganó el Barcelona y los atléticos felicitamos a los hinchas culés. Esto es así. La afición rojiblanca se fue molestad del campo por la actuación arbitral y en el fondo pesa la idea de que es difícil competir de tú a tú con los grandes. El Barcelona no podrá tener ninguna queja por la actuación de los dos colegiados de esta eliminatoria, ni el de ayer ni el de la semana pasada. En un partido con tanto en juego no me imagino yo a Gil Manzano expulsado al capitán del Barcelona en el descanso. Imposible. Para que eso pasara tendría que hacer algo muy grave. Pero ayer expulsó a Gabi por apreciaciones técnicas y protestar. Lo dicho, el Barcelona fue mejor. Y tuvo la ayuda en esos detalles que deciden los partidos y las eliminatorias. Si el árbitro hubiera sido tan valiente en la jugada de la mano de Jordi Alba, el partido hubiese sido otro. El técnico azulgrana no suele quejarse de los arbitrajes. Me gusta eso. Tampoco creo que lo pueda hacer.
Cuentas pendientes. El partido mostró que los jugadores de uno y otro equipo tienen algunas cuentas pendientes. Los rojiblancos están que trinan con Neymar, de esos jugadores que ríe cuando gana. Le tocará perder, seguro, porque el fútbol te muestra siempre las dos caras. Entonces se verá si es tan expresivo.
La bota. Tampoco los jugadores del Atlético estuvieron bien. En un partido visto y comentado en medio mundo, la imagen no puede ser la de un futbolista tirándole la bota a un linier. No puede ser eso. Las pulsaciones está a mil y la sensación de que el Atlético había perdido una opción muy bonita de meterle mano al Barcelona pesaba, pero hay un límite. Arda lo que mejor sabe es jugar, lo hace como pocos y a eso se tiene que dedicar. No a ser tan poco elegante.
La temporada. Queda todo en juego y el Atlético tiene que centrarse ya en el choque de Éibar. Olvidemos esta crónica de sucesos y pensemos en lo que queda. El Comité de Árbitros, mientras, irá a lo suyo, poniendo a colegiados muy malos en partidos así. Ustedes son los únicos que se van de rositas. Así nos va. Lamentable.