Beaka, el millonario quinielista que fue encarcelado

n Ayer, por la mañana, me encontré completamente por sorpresa con Beaka Bueriberi, un fornido joven que ejercía de defensa lateral izquierdo de un partido, amistoso, que se estaba disputando en el viejo campo de Ela Nguema (antes San Fernando). BB, exjugador del Real Basakato, me contó que él no había nacido aún, cuando a su famoso padre, le tocó, a principios de 1960, aquel millón de las antiguas pesetas, por obra y gracia de una quiniela con catorce aciertos, que le convirtieron, de la noche a la mañana, en uno de los hombres más ricos y poderosos de Santa Isabel (ahora Malabo).

Beaka padre invirtió aquella formidable cantidad de dinero que ganó en la quiniela en solares, maquinaria agrícola para su finca de cacao, en Basakato, abrió un bar y como colofón adquirió un hermoso camión que rotuló con los tres signos (1x2) de las apuestas mutuas deportivas benéficas. Pero, como le sucedería a otros muchos, la feliz e industriosa vida de Beaka se tornó en pesadilla en cuanto llegó Macias Nguema al poder: el hombre del millón de pesetas conseguido en la quiniela acabó sus días en el terrible penal de Blay Bich por el mero delito de ser un hombre que había tenido suerte.