Memorable. Hay una maldición gitana que dice: “Deseos tengas y se te cumplan”. Y al Real Madrid se le cumplieron. El club más poderoso y más laureado del mundo, que consigue Champions, Ligas, Copas, Mundiales y Balones de Oro casi sin despeinarse, logró el gran anhelo de su afición, aquello por lo que suspiraba la hinchada madridista. “Se busca rival digno para derbi decente”, se leyó en el fondo más animoso del Bernabéu el 26 de noviembre de 2011. El club que todo lo puede, consiguió lo imposible, que el Atlético haya visitado desde entonces siete veces el feudo blanco y haya ganado en más ocasiones que perdido: tres triunfos, dos derrotas y dos empates. La maldición gitana ha hecho que el Atlético haya apeado al Real Madrid en dos eliminatorias consecutivas (Supercopa de España y Copa del Rey), algo que no sucedía desde las campañas 65-69. La hinchada local ha visto cómo el Atlético lleva cinco partidos sin perder ante el Real, algo que no sucedía desde el período 78-80 (donde hubo cinco empates). Ese rival digno que buscaban se marchó ayer del Bernabéu ovacionado por los 500 aficionados rojiblancos presentes en el estadio y entre olés de su gente.
El paquete. Incluso consiguieron lo imposible: que El Niño no sólo le hiciera un gol, sino dos al equipo premiado por todas las instancias del fútbol mundial. Mucho tuvo que aguantar Torres en sus inicios en el Atlético y ayer se sacó la espina de tanta broma y chiste fácil. Nunca antes en la historia de tan gloriosa entidad madridista, un rival le había hecho un gol en el minuto primero de cada parte. Nunca. Sus dos tantos dejan atrás muchos años duros y difíciles en nuestra historia.
Las patadas. Quizá la maldición también hizo que los exquisitos y elegantes jugadores del Real Madrid, como Isco y Carvajal, dieran patadas y entraran duro (por decirlo así), como recriminan a los jugadores del Atlético. El equipo “que sólo juega al pelotazo” (según Marcelo) sigue adelante en una competición que el Real Madrid, me imagino, dirá que es menor... Ya se sabe que la importancia de los títulos depende de quién los gane. Ahora la Copa tiene un valor mínimo, ya lo sabemos.
El señorío. Jesús, de Maqueda, Richi (orgulloso como uruguayo de Godín), el Soti, los atléticos de mi equipo, el Veracruz, mis niños, mis sobrinos, ese Quique, el cuñado que tanto sufre con el Atleti... Todos se fueron ayer a la cama mejor que nunca. Ayer leí un tuit genial: “Quién fuera niño para ir hoy al colegio...”. Genial. El whatsApp que más me emocionó fue el de Lolo Belltall, compañero de profesión y amigo, madridista, muy madridista, pero con señorío: “Enhorabuena, crack”. Dos palabras que llegan al alma. Algún día este estado de felicidad se nos acabará. Pero seguiremos apelando al dicho gitano: “Deseos tengan y se te cumplan”.