Un grito mediático ante 54 millones de menciones en Twitter
Extravagancias. Después de ver el impacto de la Gala del Balón de Oro celebrada el pasado lunes en Zúrich y su repercusión en los medios de comunicación hay una cosa que me llama la atención: ¿Qué vale más? ¿Un reconocimiento a una gesta deportiva o una extravagancia, como por ejemplo un grito que te lleve a llamar la atención y salirse del guión y reventar así las Redes Sociales? Me temo que estamos en el tiempo de los gestos poco académicos.
Queda el gesto. Las entregas de premios suelen ser unas ceremonias aburridísimas en las que los espectadores ya solo se fijan en los escotes de ellas y, ya más recientemente, en los trajes de ellos (ahí Dolce&Gabanna ha convertido a Messi en el indiscutible número uno). Ya pueden dar tropecientos Oscars, Globos de Oro, Balones de Oro o Grammys que lo que va a quedar en el recuerdo de la audiencia es el gesto del premiado al recoger el galardón.
Ser normal, penaliza. Lo que queda para el recuerdo de los espectadores en las entregas de premios son los moraos de Johhny Deep, los chistes irreverentes de Ricky Gervais o las lágrimas de Cristiano con su hijo. Hay que dejar huella al precio que sea y agotado el cuento de la lagrimilla, el portugués se sacó de la manga el recurso del grito. Parecerá ridículo, pero es por lo que se le recordará. Para prueba, baste recordar como el Bernabéu le ovacionó ayer. Y resulta que Messi ha ganado más Balones de Oro, pero su académica actitud al recogerlos no da réditos en la Red. Ser normal, penaliza.
Los 54 millones. Que la estrategia de Cristiano no ha fallado lo demuestra un informe de Twitter, que monitorizó la actividad en la Red durante la Gala del Balón de Oro. Durante el momento de la entrega del premio a CR (con homenaje a Chewbacca incluido) se escribieron 143.000 tuits por minuto. Eso debe ser la gloria, pero atentos, que durante el año, Messi, que no tiene cuenta en Twitter tuvo 54 millones de menciones en esta red social. Cristiano Ronaldo, con cuenta oficial (@Cristiano) se quedó en la nada despreciable cifra de 40 millones. ¿Vale más el fútbol o un grito?. En la Gala, a nivel de menciones, Cristiano fue el rey indiscutible. Pero a lo largo del año, no hay color. 54 millones a 40 es una diferencia para gritar.