Simeone no rota, exhibe su plantilla
Con ocho suplentes el Atleti ganó al Madrid por tercera vez esta temporada como si tal cosa, con la normalidad del que va a hacer un examen que se sabe de memoria. Fernando Torres, discreto debut con final feliz, disfrutó en primera persona del cambio que ha dado este equipo en su ausencia. El Niño había jugado nueve derbis sin victoria y ahora, nada más volver, ya puede tachar una cosa de su lista de tareas pendientes. En lo individual, se le vio lento y algo acelerado; eso tiene solución, pero la victoria ya no se la quita nadie. Ni la sensación de que ha llegado a un equipo campeón que a diferencia de la temporada pasada, cuando acabó pagándolo en Lisboa, tiene fondo de armario. Simeone ofreció un partido grande a los meritorios: respondieron todos.
Oblak despejó sus miedos en un cabezazo de Ramos que puede ser la lanzadera de una larga carrera en el Atleti. También explicó su fichaje Gámez, al que tapa un lateral fantástico como Juanfran, pero demostró que tiene nivel de sobra. Mario, tan denostado, creció con el partido y acabó enorme. Y luego están los chavales: bien Saúl y descomunales los defensas. Empieza a ser difícil considerar a Giménez un suplente y su gol fue el broche de una actuación perfecta, pero lo de Lucas fue de ovación y vuelta al ruedo. Un central de 18 años que sólo había jugado contra L’Hospitalet y dos minutos ante el Athletic se encontró actuando de lateral frente al Madrid: estuvo impecable. Pensábamos que el Cholo tiraba la Copa. No. Exhibía su equipo. Su equipazo. Un año más.