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No me deslumbra el resultado para decir que hacía mucho tiempo que no sentía como ayer a un equipo con casta de Champions. Mejor que ante el Barca y más completo que ante el Atlético de Madrid. Ayer no jugó la suerte a favor; si no al contrario. La suerte metió al Real Madrid en partido porque el árbitro vio penalti en unas manos involuntarias de Negredo. El penalti y el gol de Cristiano llegó justo en el momento en que el Madrid estaba KO, apabullado por el Valencia, que arrinconaba con altanería al líder de los 22 partidos seguidos ganados. Me asusté al ver el dibujo táctico de Nuno y todavía no me creo que con ese 3-5-2, el Madrid no hiciera más daño.

Pero es que ayer el Valencia fue mejor siempre y sólo se empequeñeció cuando el gol de penalti injusto lo sacó del partido y el Valencia se enfrentó al árbitro, perdiendo la brújula. Incluso ahí tuvo suerte el Madrid con un balón al poste acabando la primera parte. Se mascaba que iba a haber remontada. Y la hubo, gracias otra vez a Alves que sacó el 2-2 a Ramos. ¡Qué acierto haber apostado por este portero!. Son tres puntos; valen como los del Rayo, pero todos sabemos que son mucho más. Tras 130 millones en fichajes al Valencia se le debe exigir jugar Champions.