Un descuido imperdonable de la FIA que perjudica a Alonso

Parece increíble pero no lo es. A un organismo como la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) se le ha pasado incluir en la reglamentación de la Fórmula 1, ni más ni menos, algo tan esencial como una fecha límite para la homologación de los propulsores de 2015. Ahí es nada… Investigaciones, consultas, discusiones, deliberaciones, acuerdos, protestas y todo un largo proceso que debería desembocar en un campeonato más ecológico y económico se ve ahora desvirtuado por un desliz que prolonga la evolución de las unidades de potencia, sin acotar un plazo previo a la famosa congelación. Así que los equipos se frotan las manos porque las urgencias lo son ahora menos, dispondrán de tiempo para mejorar lo que consideren sin tener que hacerlo forzosamente antes del inicio del Mundial.

Todas las escuderías… menos una. Circunstancias justamente opuestas para Honda en su regreso a los grandes premios de nuevo como socios de McLaren. Ellos pueden cambiar cuanto consideren de un motor que estrenan pero sólo hasta el 28 de febrero, cuando deberá quedar homologada su unidad de potencia. A partir de ese instante parece que sólo ellos carecerán de la posibilidad de agotar los créditos de evolución que estipula la normativa, lo que puede suponer un serio perjuicio por mucho que hayan avanzado en estos meses previos al inicio de las carreras. En cualquier caso, y al margen de las consecuencias de semejante desliz de la FIA (sobre todo para los intereses de Fernando Alonso por lo que más directamente nos incumbe), lo que resulta imperdonable es que se haya ocurrido algo así. La Fórmula 1 no puede permitirse errores de tal calibre, que pueden llegar a condicionar y desvirtuar la competición.