La certeza de Mini frente a las dudas de Peugeot
Interesante duelo en la categoría de coches de este Dakar 2015, básicamente por el regreso de un nombre legendario como Peugeot. Los Mini ya no están solos en la lucha por el triunfo, aunque lo cierto es que la lógica indica que los buggys franceses tampoco deberían darle este año demasiada guerra al todoterreno con ADN alemán. El departamento de competición de la marca del león ha elegido camino más tortuoso en su búsqueda del éxito, con un planteamiento conceptual del vehículo que podríamos calificar como crítico o al menos atrevido. Hace poco alguien me resumía esta apuesta de forma simple pero ilustrativa: el 2008 DKR es algo así como un monoplaza para el desierto. Su tracción trasera, su esquema de suspensiones, las funciones autoportantes del propulsor definen a un coche que llegará a ser rapidísimo en determinadas circunstancias pero que a día de hoy es también necesariamente frágil.
Tanto es así que lo razonable parece que ninguno de los tres Peugeot llegue a la meta de Buenos Aires dentro de dos semanas. Puede sonar duro pero eso es lo previsible en un proyecto joven y arriesgado, nacido con vocación de futuro y que asume como inevitables estos primeros pasos titubeantes. Frente a tantas dudas, las certezas de Mini y con ellas su condición de favoritos. Un privilegio del que se beneficia el campeón Nani Roma, que vuelve a ponerse al volante de un vehículo experimentado, competitivo y fiable, así que en estas circunstancias el catalán debería encontrar a sus principales rivales dentro de su propia marca. Todo lo que se salga de este guión básico (incluyendo un paso adelante monumental de los Toyota) supondrá una sorpresa mayúscula a la conclusión de este Dakar que ahora arranca.