Hitchin: el pueblo que se manifiesta por su fútbol y por la vuelta al origen
Protestas. Mil trescientas personas salieron a la calle en Hitchin, un pueblo de 33.000 habitantes al norte de Londres, porque los dueños del campo del Hitchin Town FC han decidido que ese espacio (justo en el centro, frente a una gran explanada, una piscina municipal y al lado de una plaza y que ha permanecido más o menos igual durante 150 años) tendría mejor uso si en lugar de un equipo de fútbol se instalara un supermercado.
Sin estadio. El Hitchin Town FC ha jugado en Top Field, que así se llama el pequeño estadio, desde 1871 y un cambio tan severo tendría consecuencias tremendas para el pueblo: el tráfico aumentaría, los pequeños negocios se hundirían, el club debería instalarse fuera de Hitchin y el atractivo de ver a un equipo que está en la Séptima División sería mucho menor. No es sólo una estimación: ha ocurrido con otros clubes, algunos de la zona, como el Baldock FC, que pasó por un proceso similar.
Fútbol amateur. Por eso la lucha del pueblo contra los dueños del terreno no es un asunto únicamente futbolístico. Por eso la manifestación atrajo a gente de todos los estamentos y edades. A todas las televisiones, a diarios locales y nacionales. Y es que en Inglaterra está pasando algo que hasta ahora era casi imperceptible. Se está produciendo una revolución en lo que se denomina ‘non-league football’, es decir el futbol amateur, lo que hay por debajo de la Conference o Cuarta División.
Más cercanos. No es de extrañar que este tipo de clubes sigan teniendo el apoyo de la afición: la Championship o Segunda División, es la quinta liga más seguida del mundo. Pero es algo más: hay cierto cansancio de la Premier. De los precios de las entradas, de la distancia de los futbolistas con la afición, de los estadios inmaculados, de que el dinero se haya llevado el fútbol que conocían. Y de repente, se están volviendo a llenar campos como el del Hitchin Town, se vuelven a hacer amigos, se recuperan otros, se puede hablar con los futbolistas, se comparten ratos con el entrenador. Se disfruta la esencia de un deporte que ha perdido encanto por cada capa de pintura impuesta por corporaciones y estrategias de márketing.
Apoyo. Es muy difícil que a medio plazo el Hitchin Town FC no acabe instalándose a dos kilómetros del pueblo. Pero los ciudadanos, con la inestimable ayuda de las redes sociales, no pararán hasta que el traspaso sea una (triste) realidad.