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Intolerancia con la violencia y solidaridad en el fútbol

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Reacción. Seguramente la reacción contra la violencia del fútbol español ha llegado tarde. La prevención es más efectiva que la acción-reacción, pero ya no hay remedio para eso. Lo importante es que cada aficionado, cada club y todos los estamentos que lo rigen se unan para que no se repita. Porque puede que sea violencia, no fútbol, pero se usa este deporte como excusa y, por ello, hay que intervenir y nadie puede mirar hacia otro lado. Nadie.

Primer paso. La alerta hace que no haya relajación. Esa que hizo que no se investigara la llamada de atención del Deportivo que conoció el desplazamiento de Ultras. Tal como dijo a El Día del Fútbol Tino Fernández, su presidente, sabían que tenían entradas, ellos no se las habían entregado, según él, lo comunicaron a la Policía. Ahí quedó. Y anuncian un cierre “simbólico” de la zona baja de la curva maratón en la que obviamente no hay sólo Riazor Blues.
Hechos. Con el transcurso de las investigación la evidencia ha empujado a tomar decisiones. El consejero delegado del Atlético de Madrid, confirmó la expulsión de ocho socios del Frente Atlético. De la intolerancia de los clubes y esta actuación como primera instancia, hay que pasar también a la erradicación de la violencia verbal. Seguir la solicitud a la que ahora no se hace caso de Miguel Cardenal, secretario de Estado para el Deporte, y que cada acta recoja los gritos y pancartas racistas, xenófobos e insultos que se escuchan en los estadios. Y para que sea de ley, que se decrete una.

Más allá. No puede consentirse que el fútbol sea contaminado por todo esto. Hay que recuperar su valor como deporte, su aporte moral, de competencia sana, de superación. En eso Carlos Matallanas, futbolista y periodista, es sin duda la guía a seguir. Lo que le ha dado el fútbol durante tantos años es el aprendizaje en el que ahora se apoya en su competición diaria contra la ELA (esclerosis lateral amiotrófica) que padece.

Esperanza. Carlos es el capitán de un equipo amplio de jugadores que disputan un partido contra una cruel enfermedad en el que dice: “Han encajado tres goles a falta de cinco minutos”. Con “genuina solidaridad” y “esforzándose” porque hasta el final del partido “es posible la remontada”. Esto sí es fútbol, su esencia. Es la vida. Y todos debemos jugar con ellos y con FUNDELA.