La leona que nos enseñó el bádminton

En la sobremesa del 31 de agosto, en la redacción de AS todo el mundo estaba muy pendiente de la televisión. No jugaba el Real Madrid ni Rafa Nadal, tampoco pilotaban Alonso o Márquez. Lo que retransmitían era... ¡un partido de bádminton! Un torbellino onubense de 21 años descubría a los españoles este deporte de raquetas y volantes de pluma de ganso que nos parecía reservado a los concienzudos jugadores asiáticos. También nos demostraba, mientras se ‘merendaba’ a la considerada mejor jugadora del planeta, que con talento, esfuerzo y sacrificio, no hay nada imposible. Carolina Marín se convertía en una pionera. Había hecho historia.

Posteriormente nos visitó y observamos que aquel gesto serio y aquellos gritos para descargar tensión que vimos por la tele se habían convertido en sonrisa dulce y gracia andaluza. “Soy extrovertida, pero en la pista tengo que ser una leona”, nos contaba la nueva estrella de una disciplina que crece en colegios y escuelas, donde los niños descubren lo divertido de un deporte al que en España le faltaba una referencia. Ahora ya la tiene y es nada menos que la campeona de Europa y del Mundo. Una joven de sonrisa dulce con corazón de leona.