Lydia: igual de fuerte que de bella
Su nombre no sale todos los días en los telediarios, pero desde luego no le faltan méritos. Lydia Valentín es una referencia en un mundo completamente desconocido: la halterofilia. Representa a España por todo el planeta y, lo que es más importante, ha introducido este minoritario deporte en nuestro país. Para ello ha tenido que luchar y echar de menos muchas cosas. Alejada de su tierra, Ponferrada, ha tenido que perderse tardes de compras con sus amigas en El Rosal, ha dejado de ir a muchas fiestas de La Encina por soñar con unos Juegos Olímpicos, no ha podido comer botillo los domingos en la casa familiar... Pero ha merecido la pena.
En un entorno como el suyo es difícil imaginar cómo surgieron sus inicios en la halterofilia. En Camponaraya, un pequeño municipio de El Bierzo sustentado por agricultores, fundamentalmente, los niños pasan sus horas de infancia en la calle, no en el gimnasio. Pero esta berciana fue a contracorriente con sólo once años y desde entonces no ha dejado de luchar. Un mundo duro y difícil que ella ha logrado conquistar. Normal: Lydia es tan fuerte como cualquier hombre y tan bella como cualquier mujer.