Juanma Trueba

Plaza Mayor

Lucho y Freud

Luis Enrique tiene un psicólogo que antes de cada encuentro con los periodistas le adiestra en el difícil arte de la comunicación interpersonal. Con tal fin, le repite de cien a mil veces: “No los mandes a paseo, no los mandes a paseo, Lucho, querido, no los mandes a paseo”. De momento, la terapia funciona. Luis Enrique respeta a los plumillas y sólo ha mandado a paseo a Piqué.

9-N

Guardiola, defensor de los delfines y terror de las árbitras germanas, acudió ayer a Barcelona para participar en la consulta del 9-N. Fiel a su estilo, Pep abrió el sobre por las bandas, pivotó sobre la papeleta, se apoyó en un señor bajito que pasaba por allí e introdujo el voto por el mismo centro de la ranura, sin rozar los bordes y sin disparar de lejos. Todo ello sin zarandear a la interventora.

Lluvia de goles

Si Cristiano Ronaldo continúa marcando goles en la Liga dejará de aparecer en la tabla del Pichichi y será incluido en la relación de máximos anotadores de la NBA. Aunque la propuesta todavía no es oficial (Tebas anda liado), ya se han manifestado en contra LeBron, Carmelo y Abdul-Jabbar. “No hay derecho, una portería es mucho más grande que una canasta”. Razón no les falta.

Maldición Zarra

Messi aprovechará el parón internacional para someterse a un exorcismo en el País Vasco. En un acto íntimo, Leo se comerá una tortilla de bacalao, un bacalao al pil-pil, un chuletón de dos kilos y una bandeja de queso con membrillo, regado todo con dos litros de sidra. A continuación, cantará un zortziko. Si Zarra no le perdona, el cielo le acogerá con la tripa llena.

Genio del humor

Butragueño, el Woody Allen español (comparen titubeos), volvió a lucirse en la entrega anual de insignias del Real Madrid. Su discurso fue delirante, chispeante y levemente incomprensible. Sus alusiones a Jacinto Benavente, Juanito Valderrama, Elvis, el primer trasplante de riñón y la Guerra Fría fascinaron a los asistentes, que se deternillaron por fin cuando Emilio fingió perder los papeles.

Pubis pronobis

Lo dijo Del Bosque el viernes: “Junto a los médicos del Chelsea, hemos decidido que Diego Costa descanse por sus molestias en el pubis”. Y descansó, 24 horas. Un día después, el delantero jugó 90 minutos, marcó un gol y libró un combate de lucha grecorromana con Skrtel, central calvo de 1,91. Al final hizo de todo menos bailar el twist, segundo movimiento que más daña al pubis. Como saben.

Aquí, un amigo

Cesc, que dice tener un desgarro muscular, tampoco jugará con la Selección. Así lo anunció Mourinho después de alinearlo en Anfield y mantenerlo en el campo durante todo el partido. A quien sí ha liberado el simpático entrenador del Chelsea es a Azpilicueta, del que pronto dirá que tiene alergia al ajo, fotofobia y danacolemia, motivos por los cuales no podrá volver a España. Never.

Los Márquez

La familia Márquez tiene dos hijos que ya hacían tumbadas con la maxicosi y quemaban goma con el triciclo. El resto de su infancia fue normal: peluches de Doohan, tardes dentro de la centrifugadora y bicicletas trucadas con motor de avioneta. Desde ayer son los dos únicos hermanos campeones del mundo de motociclismo. Asombroso, dicen. Lo normal, diría yo.

La frase

Marc: “Me alegra más el título de Álex que el mío”

A Jorge Lorenzo le pasa igual.