Ferrari abandona a su suerte a Fernando Alonso
Lo mejor que le puede pasar ya esta temporada a Fernando Alonso es que se acabe. Por fortuna, sólo le quedan dos episodios más de un Mundial vergonzoso para una leyenda como Ferrari y ni siquiera este tránsito final va a resultar cómodo. La escudería ha dejado a su suerte al piloto asturiano, el distanciamiento entre ellos es evidente cuando su salida de Maranello es ya una realidad y ni siquiera están dispuestos a salvar los trastos con un mínimo de dignidad. Marco Mattiacci ha logrado lo que parecía casi imposible: que echemos de menos la gestión de Stefano Domenicali y, por supuesto, su talante. Escuchar al ovetense cada vez que se baja del coche roza lo deprimente, no es agradable ver a un ganador resignado a la derrota. Mejor dicho, a las consecuencias de un proyecto ruinoso…
Tras la calificación del GP de Brasil, Alonso explicó con claridad que el F14 T no estaba listo para iniciar una sesión de tanta trascendencia y que tampoco la estrategia de los neumáticos fue la correcta. Le faltó decir directamente que todo es un desastre, aunque el mensaje se entendió alto y claro. Que Ferrari se despida de este modo de un piloto que le ha entregado un lustro de talento y trabajo me parece lamentable. A partir de ahora el problema será sólo suyo y de aquéllos que deban intentar recuperar el prestigio perdido. Si yo fuera Vettel estaría muy preocupado viendo cómo van las cosas en el box rojo. El alemán, incluso con un mal año como éste, ha habitado en la excelencia de Red Bull durante largo tiempo, veremos cómo digiere el cambio. Porque personalmente empiezo a tener serias dudas sobre que Mattiacci sea la persona cualificada para enderezar el rumbo de una nave a la deriva. Por suerte, Alonso al fin ha elegido saltar en marcha…