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Twitter pasa a ser antesala de la noticia... y también de la disculpa

Sin terreno neutral. La semana pasada las Redes ejemplificaron que lo perecedero (los 140 caracteres de un tuit) pasaba por delante de lo permanente (las hemerotecas). Un tuit puede ponerlo cualquiera, la portada de uno de los diarios más leídos de España no la hace cualquiera. Joaquín Caparrós, técnico del Granada, rompió la portada de un periódico para 24 horas después pedir perdón en las Redes Sociales antes de disculparse donde tocaba: en la sala de prensa, lugar común que protagonistas y relatores hemos convenido aceptar como terreno neutral para dirimir diferencias.

Sin intermediario. El gesto de Caparrós rompiendo esa portada de Marca tuvo en la Red mucha más repercusión que su disculpa posterior. Llamó mucho la atención que un técnico con tanta experiencia como él colgara antes de comparecer en la sala de prensa el siguiente tuit: “Muy jodido por la derrota pero con la necesidad de zanjar la polémica que se ha generado con los compañeros de @marca”. Ya dábamos por hecho que los jugadores primen su comunicación en las Redes a la que mantienen mediante el intermediario (periodista). Pero esta es la primera vez que un entrenador da un titular por Twitter camino de la sala de prensa.

Preguntar en público. Seguramente, el tema no tenga más importancia y hay que alabar la rectificación de Caparrós. Rectificar es complicado. Pero tampoco puede obviarse un hecho que para la profesión debería de ser preocupante. Los protagonistas de la noticia han llegado a un punto en el que se preguntan y se responden ellos mismos. La gracia del periodismo está en preguntar en público lo que no quieren responder los sujetos de la acción.

El parapeto. Gracias a las herramientas de las Redes Sociales, los protagonistas de la noticia han adquirido un parapeto indestructible. Pueden, como hizo Caparrós, salir a una sala de prensa y decir: “de este tema no me preguntéis, porque acabo de poner un tuit”. Y ciertamente, pueden tener razón, pero eso no debería ser óbice para preguntarles por el tema.

Damnificados. Porque los que salen perdiendo en este intercambio son los receptores de la noticia. Un tuit jamás debería de ser coartada para no responder ni tampoco antesala de la noticia.