Rita Jeptoo mancha la maratón
Las grandes maratones del mundo deberían abrir un debate. ¿Deben su fama al elevado número de participantes o a la celebridad de sus ganadores? Si hoy todo el mundo habla de la de Nueva York será porque participan más de 50.000 corredores, no porque Kipsang, Mutai, Keflezighi, Gebremariam y Kiprotich se vayan a disputar el triunfo masculino, y Priscah Jetoo, Dado, Kiplagat y Prokopcuka, el femenino. Pero los organizadores quieren tener además de muchos corredores, también a los mejores, y para ello no sólo les pagan muy bien, sino que les ofrecen suculentos premios. Esta tarde, en Nueva York, 100.000 dólares al primer hombre y a la primera mujer, además de entre 60.000 y 10.000 dólares por la marca realizada.
Pero no es sólo eso. Las maratones de Tokio, Boston, Londres, Berlín, Chicago y Nueva York crearon el circuito de las Grandes, y premian con 500.000 dólares al mejor atleta hombre y mujer. La keniana Rita Jeptoo, ganadora del circuito el año pasado, y favorita también en éste tras haber vencido en Boston y Chicago, cayó en la tentación de doparse y la han pillado. El dinero trae estas consecuencias. Rita Jeptoo ha sembrado de sospechas unas maratones que no necesitan de ella ni de otros atletas que corren por dinero. Un dinero que procede de las inscripciones de miles de corredores y de los patrocinadores que atraen. Los atletas profesionales amenazan con manchar las maratones populares. En cuanto se les dejara de pagar se acababa el problema.