Ganaste el cielo
Despedir a un hombre de baloncesto es siempre duro. Y aún más si es joven, en plena madurez personal y en lo mejor de su carrera profesional.
Desde los banquillos, José Luis Abós ha dignificado como pocos los valores de nuestro baloncesto, y en especial los de la cantera. Nos ha dejado como entrenador de élite, como triunfador en el baloncesto profesional, pero hasta su último entrenamiento ha sido un entrenador dedicado a la formación, deportiva y personal, de sus jugadores.
Un hombre de club, de cantera, formado también en gran medida en el baloncesto de Federación como director técnico de la Aragonesa, de selecciones nacionales al frente de la Sub-21 y en las competiciones FEB, desde la EBA hasta la Adecco Oro desde la que hace ahora poco más de cuatro años redirigió a su CAI hacia el anhelado retorno a la Liga Endesa. Una trayectoria.
Su recuerdo va mucho más allá de los resultados deportivos. Nos deja el ejemplo de su compromiso, sus valores, y también de su lucha hasta el último segundo contra la enfermedad.
Su presencia meses atrás en el Espacio 2014 de Alcobendas en el acto de presentación de los playoffs de la Liga Endesa y las imágenes de su última y valiente aparición pública, coincidiendo con la celebración de la Copa del Mundo, nos quedarán grabadas a todos por siempre.
Deja un vacío imposible de llenar en su club, en el baloncesto aragonés y en el baloncesto español.
Descanse en paz, admirado José Luis. Ganaste el cielo.