El portugués no quiere límites

Cristiano Ronaldo es el mejor, pero es que además quiere ser el mejor. La cita la encontramos estos días en Twitter junto a un montón de reflexiones que intentan encerrar en 140 caracteres su extraordinario rendimiento. Frente al Athletic no sólo marcó goles, sino que además los dio. Y aún con el 5-0 jamás dejó de intentarlo. La pasada temporada, después de un mal resultado, la plantilla madridista se reunió para analizar la situación. Uno de los hombres fuertes, o el que más, recomendó que había que apretar los dientes pero excluyó a Cristiano porque el portugués se había ganado el derecho a hacer lo que quisiera; nadie rechistó.

Sólo percibiendo la fuerza de su ambición se pueden entender las lágrimas que derramó cuando recibió el Balón de Oro para el que ahora es el gran candidato. Hace unos días, Messi decía que él no estaba en el fútbol para competir con nadie. Es posible. La diferencia es que Cristiano sí está en el fútbol para competir al máximo, especialmente con sus propios límites, que como el de los grandes atletas no se adivinan, casi ni se suponen.