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Temporada llena de altibajos la que lleva Gareth Bale. Esta pretemporada hacía presagiar que iba a ser la de su explosión definitiva en el club de La Castellana. Pero no está siendo así. El galés suele pasarse demasiados minutos desconectado del juego colectivo, conduce demasiado y pierde muchos balones. Luego, además, no está siendo generoso en labores defensivas. Definitivamente pienso que en la banda derecha no se termina de encontrar cómodo, y mucho menos cuando no tiene espacio por delante y metros que recorrer. El de Cardiff tiene tendencia a ir hacia el centro y ahí se choca con los defensas. Por su lado natural, sin duda, sería más profundo y se podrían aprovechar más sus numerosas virtudes.

Con el 4-4-2, cuando ha podido salir de la banda y compartir el ataque con Cristiano, hemos podido ver su mejor versión de la temporada. No nos olvidemos que estamos ante un futbolista con unas condiciones prodigiosas. Es una fuerza de la naturaleza y tiene un cañón en su pierna izquierda. Es capaz de desequilibrar hasta sin querer, incluso sin jugar bien te decide partidos en acciones individuales. Pero hay que pedirle mucho más. Es complicado buscarle ubicación por la izquierda porque es donde le gusta jugar a Cristiano, pero hay que intentar encontrarle una posición en la que se encuentre mucho más cómodo y que pueda aportar todo lo que tiene, que es muchísimo.