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Diaw, mejor ala-pívot del Mundial

Visualizando la final. Los sueños y desvelos del aficionado al baloncesto durante esta pasada madrugada se han centrado en visualizar la final del Mundial que se disputará esta noche y calibrar con medidas y emparejamientos si Serbia le puede competir el partido a USA, como ya hiciera España en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 y Londres 2012. En ese ejercicio de imaginación son clave, por supuesto, los pívots balcánicos Raduljica y Krstic, excelentes anotadores en la pintura. Decisivo será el control del balón por parte de Markovic y Teodosic ante la presión y los traps de los estadounidenses, especialmente al comienzo del tercer cuarto. La intención de Coach K, incentivando la defensa de perímetro de su selección, será la de provocar el sufrimiento en ataque estático del propio Teodosic y de Bogdanovic. Después del precedente del último cuarto de la semifinal contra Francia, Serbia tendrá que incrementar su estado de alerta en la defensa del triple. Hay mucha amenaza a la que atender: Curry, Harden y Klay Thompson sobre todo.

La dictadura de la mente. Francia es medalla en el Mundial por inteligente, por su capacidad de reacción lógica y farmacéutica a cada problema. Boris Diaw es la representación de esa manera de entender el baloncesto. El ala-pívot de los San Antonio Spurs fue dedo buscando llaga contra Lituania ayer, en la lucha por el bronce. Dejó en evidencia a los tres jugadores con los que se emparejó en el partido y anotó 10 puntos en el último cuarto, liderando la remontada francesa. El mejor de la Copa del Mundo en su posición.

Confianza ciega. Se han descubierto coincidencias desde varias direcciones diferentes, sin acuerdo previo, en la apreciación del talante ganador, digamos excesivo, que irradiaba España antes de que llegara el fatídico miércoles del descalabro contra Francia. Acusan a España, equipo, prensa y afición, de haber estado muy crecidos. Un reproche sobre el que fue muy claro en sus declaraciones a la prensa el ala-pívot del equipo USA Kenneth Faried. También el francés Gelabale se refirió en términos similares en una entrevista y pude comprobar que era un comentario habitual de varios miembros de la prensa argentina y brasileña desplazados a Madrid.