El maillot de Julio Jiménez que perdió Luis García Berlanga
Julio Jiménez (28-10-1934, Ávila) conoce La Camperona. La subió en 1999 en un reportaje para AS. La provincia de León, donde está situado el nuevo puerto, siempre ha sido muy especial para él, porque allí vistió su único maillot de líder de la Vuelta.
El ‘Relojero de Ávila’ corría en el Kas en 1964. Dejó el Faema “porque Van Looy no quería saber nada de los españoles”. Así que firmó con Langarica, por un sueldo entre 5.000 y 6.000 pesetas mensuales, en un restaurante cercano a Vitoria donde ese mismo día la televisión anunciaba el asesinato de Kennedy: el 22 de noviembre de 1963.
En aquella Vuelta, Julio ya había ganado la 5ª etapa en Puigcerdá, tras coronar la Collada de Toses, en cuya bajada se cayó Van Looy, que abandonó al día siguiente, aún líder. Pérez Francés heredó el maillot. Y luego Otaño. Ambos eran compañeros en el Ferrys, pero ellos dos y un tercer gallo, Manzaneque, estuvieron toda la carrera a la gresca. Ajeno a esa guerrilla, Jiménez se exhibió en la 14ª etapa, Avilés-León. “Me escapé con un chaval de Pola de Lena, Juan Álvarez, que me pidió pasar primero por su pueblo. Luego me fui solo”. El abulense entró con 7:12 minutos al estadio Hispánico de León y se puso líder. Pero al día siguiente había una crono de 65 km, Becilla-Valladolid, donde Poulidor impuso su ley. “Luis Bergareche hacía los recorridos a la medida de las figuras extranjeras”, se lamenta el Relojero, que acabó la Vuelta quinto y ganó la Montaña.
Jiménez no conserva aquel maillot, que le perdieron durante el rodaje de la película París-Tombuctú, de Luis García Berlanga, junto a una maglia rosa del Giro de Italia, otros maillots de la Montaña y medio centenar de fotos. “Lo vendieron por internet. Lo sé porque un francés me enseñó un maillot de Chocolates Poulain del Tour de Francia”, recuerda el escalador.