Mario tiene el respaldo de Simeone

La afición del Atlético se autoproclama como la mejor afición del mundo. Y sin duda es una de las mejores del planeta fútbol. Pero también, de malas, puede ser la peor pesadilla para un jugador si la toma con él. Es cierto que los pitos pueden y suelen tornarse en aplausos si el rendimiento del futbolista señalado aumenta. Eso le pasó por ejemplo a Raúl García. El navarro no tenía muchos devotos entre los fieles parroquianos del Manzanares, pero su enorme rendimiento, a la altura del superclase que es, ha hecho que los hinchas colchoneros se entreguen a su juego, a su honradez y a su calidad.

A muchos de los que pitaban a Raúl García ahora les ha dado por Mario. Los 50 mil del Calderón son exigentes. Muchos pitaban a Valerón y Caminero, por hablar de la época moderna. La exigencia bajó en los dos años por el infierno de Segunda. Los atléticos han recuperado el espíritu crítico cuando su equipo ha vuelto a ganar. Para alabar a Tiago no hay que criticar a un canterano que se fue a crecer a Valladolid y Mallorca para poder triunfar en su Atleti. También hubo algún pito a Gabi cuando volvió a casa tras su paso por Getafe y Zaragoza. Mario Suárez debe ganarse el respeto de su afición. Lo hará porque tiene capacidad, calidad y fútbol de sobra. La temporada pasada el Cholo no fue todo lo justo que debía con Mario y este curso le dará la confianza que necesita para ser el medio centro del Atleti y de La Roja.