La derrota de Márquez en Brno no fue normal
Siempre mantuve que veía poco probable que Márquez ganara todas las carreras de MotoGP de la temporada. Apostaba por la probabilidad de una avería, de una caída y, desde luego, de que la inspiración de sus rivales sirviera para derrotarle en alguna o varias ocasiones. La primera llegó en Brno y, sin embargo, ya dije entonces que no me pareció normal el modo en que se consumó. Una cosa es que Pedrosa, Lorenzo y Rossi ganaran al líder del Mundial y otra bien diferente que éste ni les viera el pelo. Era evidente que algo extraño había sucedido y así lo confirmó días después el jefe del equipo Repsol Honda, Livio Suppo, aunque sin explicar cuál era la causa del comportamiento irregular de la moto del ilerdense. Ahora ya sabemos que fue un neumático en mal estado, algo que no es demasiado habitual pero tampoco imposible y esta vez le tocó a Marc como pudo tocarle a cualquier otro.
Mi teoría, que apuntaba más a evidencia, fue interpretada por algunos (ya saben, ahora los periodistas contamos con la posibilidad de recibir los comentarios de nuestra audiencia a través de las redes sociales) como un demérito para quienes le superaron en la República Checa. Nada más lejos de la realidad. También afirmé en su momento que la victoria de Pedrosa fue merecidísima… lo que no era óbice para identificar al mismo tiempo los problemas de su compañero de box. Ese Bridgestone defectuoso fue a parar en el lado de Marc como pudo hacerlo al de Dani, la fortuna reparte así sus cartas. Y en ese caso deberíamos haber admitido las carencias del que esta vez tuvo la oportunidad de ganar… La grandeza de Márquez es que tampoco ahora ha querido cargar las tintas contra el proveedor de neumáticos, ha asumido el incidente con naturalidad y sigue mirando hacia adelante. Nos queda esperar otro apasionante duelo entre estos cuatro magníficos… y que gane el mejor.