Ruge en el Nuevo San Mamés el himno de la Champions League
De Champions. Un estadio, una afición y un equipo que quiere volver a ser de Champions: el Athletic Club. Hoy el nuevo San Mamés rugirá lleno y todo merece la pena para vivir un partido histórico. Incluso dormir al lado de las taquillas desde el domingo para hacerse con las últimas entradas. El aforo es de 50.000 personas, 44.117 socios con entrada, 2.500 para los aficionados del Nápoles y el resto había que asegurarlas pegados a la taquilla con un par de noches soñando, seguro, con goles europeos en rojo y blanco.
Txingurri. Pocas veces un mote ha acompañó mejor a un nombre, hombre y personalidad. Ernesto Txingurri Valverde (hormiga, en euskera). El entrenador del Athletic se apoya en la inspiración de su época de extremo y le suma el trabajo en turnos de los altos hornos para un equipo que avanza junto al ataque y presiona a los rivales. Jefe de personal de plantilla condicionada por una filosofía, que reinventa con nota. Discreto, rehúye las cámaras, pero sabe por experiencia de su época en Grecia que en la Champions nada queda fuera de foco.
Oportunidades. Beñat fue titular en el 98% de los partidos del Betis su última temporada. La pasada en el Athletic sólo lo fue en 12 encuentros y en siete de ellos fue sustituido. El “culpable” era Ander Herrera. Sin él llega la oportunidad. La misma que el de Igorre aprovechó al llegar al Betis, las lesiones dejaron a Mel en cuadro, titular en el primer partido de Liga y así se quedó. Es de nuevo el momento.
Exportación. El Nápoles de Benítez llega con la intención de clasificarse, por supuesto. De quitarse la espina de una competición que fue injusta con ellos y les dejó fuera de los octavos en un triple empate con Dortmund y Arsenal. Pero también llevarse en la maleta a un medio centro de contención para mejorar su balance defensivo: David López.
Favoritos. Arsenal y Leverkusen deberían estar mañana en el sorteo de la fase de grupos de esta Liga de Campeones. Una debacle para Wenger si los ya habituales flojos arranques del equipo le dejan fuera por primera vez en 15 años. Le avala las 12 previas que han jugado los del norte de Londres y siempre han ganado. Sin Giroud lesionado, llega temprano el primer match-ball de la temporada.