Camilo Zúñiga podría volver a jugar hoy un partido oficial por primera vez tras la polémica falta que supuso el fin del Mundial para Neymar. El jugador azzurro vivió unas semanas muy difíciles tras el choque con Brasil. Su padre, en julio, admitió la preocupación: "Recibimos muchas amenazas —aseguró a Lancenet— algunas muy violentas. Ahora estamos obligados a ir con escolta". El colombiano no lo tuvo fácil tampoco en la temporada pasada. En verano fue el protagonista de un culebrón infinito (la Juve quería hacerse con sus servicios) que le costó la ira de los tifosi; y en octubre llegó la renovación con el Nápoles tras una larga negociación (con un sueldo de 3.5 millones) pero los líos no se habían acabado. Una lesión de rodilla le obligó a estar lejos del césped desde octubre hasta abril: se perdió prácticamente toda la campaña y el Nápoles tuvo que fichar a Réveillère para sustituirle. El que para los napolitanos era ya un desaparecido, volvió a demostrar su calidad en el Mundial y ante el Athletic podría por fin salir del agujero. Ausente en el partido de ida, Zúñiga fue convocado para el choque de hoy, donde Maggio debería seguir titular a pesar de padecer ante Muniain hace una semana. El colombiano espera encontrar hueco a lo largo del partido: su regreso representaría un arma más para el Nápoles.