Sin Ángel y sin 9
La Décima. No me consuela, pero ayuda. En una noche nefasta donde se hicieron muchas cosas mal, siempre a los madridistas nos quedará el recuerdo de Lisboa. Imperecedero. Pero como ser del Madrid te obliga a no mirar por el retrovisor y a aspirar siempre a lo máximo, sólo puedo transmitir lo que me trasladan cientos de madridistas a estas horas: enfado mayúsculo. El Sextete, un sueño legítimo al que aspirábamos gracias a la gesta del 24 de mayo, se ha ido a hacer gárgaras por culpa de los errores cometidos en la zona técnica y en la planta noble. Para empezar, que Di María quedase fuera de la convocatoria fue un chiste de mal gusto. Me da igual que él se quiera ir y que en el club quiera que se vaya. El Madrid está por encima de orgullos personales. Si el chaval sigue en nómina (sigue, me consta), se le utiliza hasta el 31 de agosto y después que haga lo que quiera con su vida. Darle esa concesión al enemigo es propio de un ejército débil y sin guiños dignos de un campeón de Europa. Después, en el campo se vio la diferencia. El Atlético sí jugó con un nueve de verdad (Mandzukic), que sólo tardó dos minutos en demostrar qué es ser un killer. Desmarque, carrera y disparo cruzado a gol. El Madrid jugó, una vez más, sin delantero centro. Me hartaré de decir que Benzema es un gran segundo punta. Y punto. Ya acumula 15 partidos seguidos con un sólo gol en su mochila. Anoche me arreciaron a mensajes los peñistas indignados por la ceguera del club este verano, abriendo una vía de negociación con Falcao (el colombiano vendría de rodillas al Bernabéu) para luego cerrarla y encima renovar al francés hasta 2019. Toma ya. Sólo lleva un gol en cinco meses. Karim ni chutó. El mejor delantero fue Carvajal, un crack que remó en solitario...
Los nuevos. Más cuestiones que me tienen atrapado por la irritación. Resulta que el martes se nos atraganta el trivote por la espesura del juego del equipo. Y Carletto, erre que erre. Si no quieres té, toma dos tazas. En la segunda parte quitó a Kroos, el mejor centrocampista, joven y emergente, que hemos arrebatado al Bayern por su calidad y su condición de campeón del Mundo. James, que estuvo sobresaliente y fue el único que buscó el gol con calidad y ambición, fue castigado con el banquillo con casi media hora por delante. Desde entonces, pólvora cero. En el banquillo, los tres fichajes del verano (que han costado 115 millones de euros). En su casa, un subcampeón del Mundo como Di María al que quiere media Europa (cuando dijo Ancelotti que para este partido “no necesitaba a Di María” casi me da un desmayo). Y en Alemania estaba Khedira, que se fue a ver a su hermano a Leipzig pasando de permisos del club y demostrando el desgobierno vivido en las horas previas al duelo. Con semejante caldo de cultivo, ni Sextete ni gaitas. Las ilusiones de los aficionados tiradas por tierra de forma fea y lastimosa. Ancelotti debe mirárselo. Un dato terrible: sólo 6 goles en 7 partidos de pretemporada. Ni un gol por encuentro. ¿Qué pasa aquí?
El Atleti, ok. No me gustó el tribunerismo de Simeone y su descaro para saltarse las normas, permitirse collejear al linier a lo Benny Hill y después dirigir el partido desde las grada como si no hubiera visto la roja. Pero el Atleti tuvo coraje, un Raúl García impresionante y mucho orgullo. Hay que ser señores y felicitarles. Fueron justos campeones. Ahora toca rectificar. El club y el míster. Por favor, que fichen a Falcao y que arreglen lo de Di María. Con ellos, la película habría sido otra...