Unas dudas muy poco razonables
El debate sobre la portería del Madrid empieza a cansar. Lo que se inició hace año y medio como una cuestión personal que nada tenía que ver con lo deportivo, se ha convertido en una pesadilla para el mejor portero español de las últimas décadas. ¿Que Iker ha estado mal en dos partidos de la Selección y uno de pretemporada? Por supuesto. ¿Es eso suficiente para cuestionar su titularidad tras tres lustros en la portería blanca y otros tres con España? A veces parece una broma pesada que ya dura demasiado tiempo. Llegará el tiempo de su jubilación y, meses antes, llegará su suplencia. Les ha pasado a todos. Pero que llegue, como en el caso de otros ilustres, cuando haya un verdadero declive deportivo, no por una persecución sistemática que nada tiene que ver con lo que ocurre sobre el terreno de juego.
Estoy convencido de que Keylor Navas se lo va a poner muy difícil, que le va a pelear la titularidad mano a mano. Mejor para el club. Pero de inicio, Iker debe gozar de la confianza del cuerpo técnico. Entre otras cosas porque respondió la pasada temporada levantado los dos títulos de las competiciones en donde fue titular. El presidente se ha cansado de decir que Casillas es patrimonio del club. Y está en lo cierto. Eso no le otorga privilegio alguno, pero sí un respeto. El que se ha ganado con su trayectoria. Si Ancelotti no fue dudoso cuando le sentó en el banquillo en Liga, espero que no lo sea tampoco ahora, que parece decantarse por él para arrancar la temporada como titular.