Número 32 del ranking; uno en fe
Si el Madrid quiere saber qué rival se va a encontrar esta noche en la fresquita Cardiff, basta con que revise las imágenes de los últimos minutos de la final que el Sevilla ganó en Turín. Además de Gameiro, que jugó con una rotura fibrilar, Bacca, Fazio, Carriço y alguno más terminaron entre serios calambres y Beto, el portero que alargó la maldición de Bela Guttmann, paró penaltis medio cojo. Nada de eso detuvo el corazón del Sevilla, que con el paso de la temporada alimentó un espíritu indomable y ganador. Así hasta que Rakitic, oh Rakitic, levantó otra copa.
El Sevilla ocupa el puesto el 32 en el ranking UEFA contra el número uno de su rival y es despreciado en las casas de apuestas. No es, obviamente, favorito. Pero tampoco víctima, porque es un club orgulloso y reivindica su condición de ganador de finales. Si trazásemos una raya (oportunista) que coincidiese con la edad de oro sevillista, el Madrid, con una Champions, tres Ligas, dos Copas y dos Supercopas nacionales, sólo sumaría un título más que el Sevilla (tres Uefas, dos Copas, una Supercopa de Europa y una de España) desde 2006. Emery, entrenador juzgado con severidad para la carrera que lleva, conoce el plan: escudo defensivo, velocidad (atención a la incorporación de Aspas) y estrategia, en la que tiene una colección de rematadores temible. Hay 4.000 sevillistas en Cardiff. Algunos, de esos que pensaron que aquellos días de vino y rosa no volverían. Pero una vez aquí, lo importante ya no es participar.