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La Academia de Pibes, el dulce adiós de Klose y Soriano, a lo Krankl

Sensación. Inquieto por la poca talla de los fichajes, Víctor Fernández cruza los dedos por Luis Fariña, la sensación del Deportivo en el Teresa Herrera. Fariña, que superó en 2010 una grave lesión de ligamento, fue cazado por la extensa red de ojeadores del Benfica, que lo fichó la temporada pasada. Sin embargo, Jorge Jesús decidió que fuera cedido al Baniyas de Emiratos Árabes, lo que hizo dudar sobre las cualidades del futbolista y sus ganas de competir. Fariña cumplió. Su segundo préstamo, ahora con 23 años, será de más nivel y le permitirá coincidir con viejos amigos. Junto a Luciano Vietto (fichaje del Villarreal) y Rodrigo de Paul (nueva incorporación del Valencia), Fariña pertenece a la última gran generación de cantera de Racing de Avellaneda: en la Academia de los Pibes, que impresionó a finales de 2012 en Argentina, también jugaban Zuculini y Centurión. El primero acaba de fichar por el Manchester City y el segundo apunta a crack.

Se va un mito. Aunque para delanteros, Miroslav Klose, que ayer anunció su retirada de la selección alemana. Lo hace como campeón del mundo y con el récord anotador de la historia del Mundial (16 goles) y de la Mannschaft: con 71 en 137 partidos pulverizó en junio el récord de Torpedo Müller (68 goles), que había estado vigente durante 40 años. “No hay mejor momento para mí para cerrar este capítulo. Ser campeón del mundo era mi sueño en la infancia”.

Cazagoles. Jonathan Soriano, 28 años, ya está en los libros de la Bundesliga austriaca. Sus cinco goles al Grodig no fueron récord, pero casi. Desde que arrancó la Bundesliga austriaca, sólo un jugador había hecho más goles en un solo partido. Fue una leyenda. Hansi Krankl anotó siete en un Rapid-Grazer AK en 1977. “Nunca lo había hecho y no creo que vuelva a suceder”, dice Soriano. El Newcastle podría ficharlo antes de que se cierre el mercado.

Aguirre, en Japón. Cuatro años después de la primera oferta (“dije no porque mi hijo estaba estudiando la carrera”), Javier Aguirre ya ejerce como seleccionador de Japón. Para que no haya dudas sobre la pronunciación de su apellido. se presentó oficialmente a lo James Bond: “Mi apellido es Aguirre, Javier Aguirre”. La traductora lo intentó pero la escena acabó entre risas por la inevitable pronunciación “Aguile”. Debuta el 5 de septiembre ante Uruguay.