Ferrari roza el esperpento

Me considero bastante tolerante como los errores, seguramente porque los cometo a menudo. Pero el desatino de Ferrari con Kimi Raikkonen durante la calificación del GP de Hungría creo  que roza el esperpento. No se trata tanto de una equivocación como de una negligencia, inadmisible en cualquier escudería de Fórmula 1 y mucho más en una que se supone entre las mejores, de las grandes, de las legendarias. Lo ocurrido debe interpretarse como otra muestra del desconcierto que parece reinar en el equipo italiano y que Marco Mattiacci afirma no tener muy claro cuándo podrá subsanar… si es que lo consigue. Que el finlandés estaba en peligro claro se veía hasta por la tele, así que no entiendo qué pudo llevar a los estrategas de Maranello a asumir un riesgo tan elevado.

No me vale la justificación de conservar juegos de neumáticos, porque de nada sirve tenerlos si después no se vuelve a la pista en las siguientes tandas. Era obvio que podía ocurrir, el tiempo de Raikkonen tampoco estaba al nivel exigible (ésa es su parte de responsabilidad en semejante desastre), así que mantenerle en boxes mientras Bianchi intentaba mejorar su registro, como hizo, sólo puede ser calificado de auténtico disparate. El propio Kimi, dentro de su parquedad de palabras, explicó que él mismo no veía lo acertado de la decisión y preguntó en varias ocasiones si estaban seguros de lo que hacían… Ya digo que comparto la premisa de que errar es humano, pero en lo que nos ocupa diría que se trata de mucho más que un simple desliz. Si ésa es la tónica en Ferrari, normal que su coche no termine de funcionar nunca.