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Anquetil bautizó a su barco como ‘Silbidos’

Périgueux solo ha acogido una llegada antes que hoy. Fue en la 19ª etapa del Tour 1961, en una contrarreloj de 74,5 km que partió de Bergerac, en sentido inverso a la que después ganaría Miguel Indurain en 1994. El dominador fue otro histórico especialista: Jacques Anquetil.

Aquel 14 de julio, Fiesta Nacional de Francia, llovía mucho. Sólo un pinchazo a 10 km impidió a Anquetil doblar a Charly Gaul, su principal rival. Maitre Jacques, que rodó a 43,595 km/h, había salido tres minutos después, pero le tuvo a tiro. En un ataque de orgullo, el luxemburgués mantuvo el pulso para evitar la humillación hasta la misma meta, donde marcó un crono de 2:59 minutos peor que Anquetil o, lo que es igual, cruzó la meta un segundo delante.

Anquetil se había marcado un desafío en ese Tour: vestir el maillot amarillo de principio a fin. La etapa inicial tenía dos sectores. En el primero venció Darrigade, pero por la tarde Anquetil ganó la crono de Versalles y se enfundó la prenda que, como había anunciado, ya no soltó. Su dictadura irritó a Jacques Goddet, el patrón del Tour, que escribió el editorial Los enanos de la ruta, donde definía a sus rivales como “horribles enanos” y les acusaba de no atacar “o bien por impotencia, como Gaul, o bien por estar resignados o satisfechos de su mediocridad”.

El texto no sentó bien al normando, que logró en París el segundo de sus cinco Tours. Como cierre lanzó victoriosamente en el sprint a Cazala. “Demostró su grandeza”, dijo su compañero. No opinaba igual el público, que le silbó durante la vuelta de honor porque entendía que había bloqueado la carrera. Anquetil bautizó luego como Sifflets (Silbidos, en francés) el barco que pagó, en parte, con las ganancias. Un irónico desquite.