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Christophe estrenó el amarillo entre burlas

El Tour no ha llegado nunca a Risoul, pero Grenoble sí rezuma leyenda. Incluso cuando albergó la salida, como lo hará hoy...

A las dos de la madrugada del 19 de julio de 1919, tras una jornada de reposo, arrancaba la 11ª etapa, Grenoble-Ginebra (325 km), con una importante novedad. El líder, Eugène Christophe (1885, Malakoff), portaba el primer maillot amarillo de la historia ante las chanzas de sus compañeros, que le llamaban Madame Cri Cri. En ese momento no dieron valor a esa prenda, con la que Christophe acabó pidiendo ser enterrado a su muerte en 1970.

Christophe dominaba la general desde la 4ª etapa en Les Sables d’Olonne. Un grupo atacó a Henri Pélissier mientras se ponía un impermeable y el líder cedió 34:52 minutos. Malhumorado, Pélissier y su hermano Charles se quejaron esa tarde del hotel y se retiraron. Siempre la tuvieron tiesas con Henri Desgrange, el director del Tour.

Los Pélissier eran los más conocidos por el público y la carrera se quedó sin sus referentes. Por ello, Desgrange se inventó un maillot amarillo, el color del periódico organizador L’Auto, para distinguir al líder. Otra versión sostiene que lo hizo porque casi todos vestían en tonos grisáceos. Ambas tesis son compatibles. Desgrange anunció la idea en Luchon en la salida de la 7ª etapa, pero el jersey no llegó hasta Grenoble.

Christophe disponía de 28 minutos, pero en el pavés de la penúltima etapa, Metz-Dunkerque, se le rompió la horquilla y cedió ante Firmin Lambot. La mala suerte siempre castigó al francés, que en 1913 ya tuvo que repararse su bici en una fragua de Sainte Marie de Campan tras una avería en el Tourmalet y en 1922 bajó el Galibier con una prestada por un cura.