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Alfredo me decía: “Respeta siempre a la Fábrica”

Cuando hablamos de Don Alfredo Di Stéfano estamos hablando del Real Madrid, de los valores que han hecho grande a este club porque él los inculcó con su comportamiento en el terreno de juego. Hablamos de una institución, no de un futbolista, que seguramente no tendrá igual en la historia de nuestro club. Es verdad que por aquí han pasado grandísimos jugadores, pero cuando se pronuncia el nombre de Di Stéfano hay que parar en seco. La Saeta era otra cosa, ha sido lo más grande que se ha visto en el fútbol. Además, defendiendo el escudo del Real Madrid dejó constancia para las siguientes generaciones de que por esta camiseta hay que darlo todo, sudor y sangre en el campo. Recuerdo a mi padre hablarme de Alfredo como un jugador diferente y luego supe que no le faltó razón.

Yo tuve la suerte de que me llamara cuando dejé el fútbol para acompañarle en los banquillos. Su comportamiento conmigo resultó excepcional. Lo más impresionante era cómo sabía leer el fútbol, cómo sabía explicarlo con absoluta naturalidad, con palabras sencillas y de una forma que todos pudiéramos entenderlo. Di Stéfano me llamaba ‘Cachorro’ y siempre que pasábamos por al lado del Bernabéu me decía algo que se me quedó grabado para toda mi vida como profesional: “Mirad Cachorro, esta es la Fábrica donde tenemos que trabajar. Respétala siempre”. Para mí, trabajar a su lado como ayudante ha sido lo más alto que me ha sucedido en mi vida.

La última vez que lo vi, antes de irme al Mundial de Brasil, andaba ya muy flojito y recuerdo que me decía: “Che, yo tengo que durar mucho tiempo”. Tuve la gran suerte de darle un último abrazo. No habrá nadie que represente al Madrid como Santiago Bernabéu y Alfredo Di Stéfano. Descansa en paz, maestro.