Monza también es un icono
Ecclestone no hace muchos amigos en la entrevista de Pino Allievi y aprovecha para reivindicar el ruido de los monoplazas como un icono de la propia competición. Una petición muy defendible que el multimillonario británico compara con la fidelidad de los fans de los Rolling Stones pese a que no canten, según él, como hace treinta años. Una defensa de los símbolos que el propio Bernie pretende destrozar por otro lado. Monza es referente de la Fórmula 1 por historia, prestigio y valores. Es el Templo de la Velocidad, la casa de Ferrari, la pista de la afición italiana, el circuito donde la media de velocidad es la más alta... Es decir, un sinónimo de lo que el mundo vincula con la F-1. Y Bernie pretende borrarlo del calendario únicamente por intereses comerciales...
Monza desaparecerá a partir de 2017 pese a estar en el Mundial desde 1950, el principio de la F-1. Sólo 67 años debe pensar Ecclestone como para buscar una solución que no sólo tenga que ver con el dinero. Pero el mítico trazado situado a pocos kilómetros de Milán no se irá solo si es el octogenario jefe el que decide. Con él se marcharán todos los equipos pequeños y modestos que luchan por avanzar y no pueden seguir invirtiendo en un negocio que a Bernie le ha hecho construir un imperio y tener una fortuna personal valorada en más de 3.000 millones de euros. “Si no tienen más dinero deben dejarlo”, afirma sin rubor. Con ese planteamiento la F-1 no sería lo que es ahora. Ferrari siempre fue rico, el resto no tanto.