NewslettersRegístrateAPP
españaESPAÑAchileCHILEcolombiaCOLOMBIAusaUSAméxicoMÉXICOusa latinoUSA LATINOaméricaAMÉRICA

¿Química interna o fatiga?

Actualizado a

El Barcelona se impuso en el tercer partido por la diferencia de producción desde la línea de tres puntos. Y esa ventaja la fraguó con sorprendente superioridad en su circulación de balón con respecto a la desarrollada por el rival, una batalla que no suele perder este equipo blanco. La otra gran ventaja radicó en la escasa oposición al triple del equipo de Laso. Faltó, al nivel exigible, sufrir por llegar, anticipar la jugada para librar obstáculos y bloqueos, capacidad de solidarizarse para sincronizarse. Menos dureza y tensión competitiva que el rival desde el comienzo, explicaron a la prensa algunos de los derrotados.

Son ausencias y fallas que o tienen que ver con falta de respuesta física y emocional por acumulación de fatiga o vienen provocadas por causas de química interna que serían aún más preocu­pantes. Proporcionales a la densidad de sinsabores, las críticas a Laso vuelven a aparecer detrás de cada árbol, esperan a la vuelta de cada esquina. Hasta ese tendón, más suyo que de Aquiles, le ha abandonado. Edward Chin, el soldado que rodeó el cuello de la estatua de Sadam Hussein con la cuerda que la derribaría, acabó dudando de la operación y declarando años después: “¿Para qué fuimos allí?”.