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El saque no lo es todo (ni en hierba)

Décimo Wimbledon para Nadal, torneo que ha conquistado dos veces, pero en el que también ha sido eliminado prematuramente en cuatro ocasiones. Un torneo donde el saque proporciona muchos puntos por la velocidad que adquiere la bola sobre la hierba, y sabido es que Nadal no se distingue por su potencia de saque. Esto ha hecho sonar las alarmas, porque por su parte del cuadro van muchos y grandes cañoneros. Karlovic sobre todo, a quien se enfrentaría en la segunda ronda. Karlovic es un gigante de 2,11 metros, que lleva este año 537 aces, a 15,7 por partido, más que nadie. Por si fuera poco, también le esperaría Raonic, 403 aces en 2014, a 14,3 por partido. Nadal ha conseguido 123, que le da una media de 2,5 por partido.

Nadal podría sacar más fuerte, pero prefiere un juego más pausado. Cuanto más rápido saque, más aces conseguirá, pero a cambio de una menor precisión, lo cual le ayuda a descolocar al rival. Además, con un saque potente, el contrario devuelve la bola también con mayor velocidad, y la diferencia llega a ser notable. Con un saque próximo a los 200 por hora, la bola está de vuelta en menos de un segundo, y si es más lento sobrepasa el segundo, lo que le va mejor a Nadal. No será lo idóneo, pero tampoco le ha ido mal. A Federer le ganó la final de Wimbledon 2008 con un 6-25 en aces, y a Berdych la de 2010 con un 5-13. A Karlovic también le venció hace seis años en Queen’s pese a encajar un 6-35. Porque el saque, afortunadamente, no lo es todo.