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Heridos y en situación límite

Salvo aquellos que utilizan la Selección para otras guerras, nadie duda de un equipo que, además de ganarlo todo en los últimos seis años, ha sabido salir de emboscadas igual o peores que la de hoy. No hay que remontarse al pasado Mundial, tras perder con Suiza. Hace poco más de un año nos jugamos la vida en Francia para poder estar aquí y lo solventamos. Como dice el gran Sabina en una de sus canciones: “Que el traje de madera que estrenaré no está siquiera plantado, que el cura que ha de darme la extremaunción no es todavía monaguillo”. Pues eso, calma, que para los entierros siempre hay tiempo.

Tengan la absoluta seguridad de que la Selección dará la cara esta noche. Estén convencidos de que en el grupo no hay dudas ni fisuras. Siéntense ante el televisor sabiendo que van a salir a tocar pero también a morder. Nuestro estilo de juego es irrenunciable pero no incompatible con la intensidad necesaria para solventar un momento tan delicado. Los que ya veían hace un año que nos iban a eliminar en la primera fase, tienen que esperar al menos hasta las once de la noche para que les demos el título de videntes.