El Barça gana sin rotaciones
El Barcelona jugó ayer algo más que un partido. Se jugó el futuro de la sección de baloncesto. El futuro de Xavi Pascual y el de muchos jugadores, que llegaron esta temporada como fichajes estelares para que el equipo volviera a ganar títulos, y a punto han estado de firmar la peor temporada del club en los últimos ocho años, cuando ni siquiera alcanzaron la final de Liga. Al menos ahora se han metido en ella, y si no la ganaran ya no sería la peor en los últimos ocho años, sino de los últimos cinco, cuando el Barcelona no consiguió ningún título. Pero eso está por ver. Ayer salió vivo de Valencia, aunque favorecido por algunas decisiones arbitrales al término del tercer cuarto, continúa en la pelea y ahora le espera el Madrid.
Salió vivo gracias a los tres únicos hombres que le han dado juego esta temporada: Huertas, Navarro y Tomic. El resto da igual quien juegue. Ayer, en un partido decisivo, se apreció particularmente la diferencia entre estos tres jugadores y los demás. Huertas, por lo pronto, jugó 40 minutos, Navarro 34:23 y Tomic 31:09. El cuento de las rotaciones queda al descubierto en partidos como éstos en los que hay que ganar o ganar. Entonces nadie se cansa aunque tenga los 34 cumplidos. Los mejores, como tendría que ser, están para jugar y anotar (53 puntos entre los tres); el resto, que rote lo que quiera. Aunque ayer a Pascual le vino muy bien para liberar de faltas a sus tenores: Huertas, una, y Navarro, ninguna. Ellos, a lo que saben. Y cuanto más jueguen, mejor.