Chile mira ahora su reloj

Chile dura media hora. O cinco minutos más. La salida en tromba, el séptimo de caballería, la presión asfixiante, el acoso suicida que dice Vicente del Bosque, lo aguanta durante un tercio del partido. O así se cronometró en el arranque mundialista ante Australia. Y así lo tienen calculado, no sin preocupación, Sampaoli y su minucioso equipo de trabajo. Porque contra España, sospechan, eso no alcanza. Aunque en realidad desconocen el rival que se van a encontrar. Porque Holanda se les adelantó, utilizó sus mismos planes, con demasiado éxito encima, y ahora no saben si tras el varapalo el seleccionador español torcerá el rumbo. Una consigna decidida, por ejemplo, era buscar a Piqué, y ahora lo mismo ya no juega.

Pero más allá del adversario, lo dicho, Chile se mira a sí misma. A la caducidad de su agresivo fútbol a toda pastilla. Y por eso va a cambiarse de ropa. El bajón no lo provoca el plan sino los hombres, creen. Concretamente dos, Vidal y Valdivia, dos de las tres superpotencias (el otro es el barcelonista Alexis), que no andan sobrados de físico a estas horas. Así que, además de cambiar el dibujo (la defensa de cinco, con Silva de libre), don Jorge medita prescindir de salida de dos de sus futbolistas más luminosos.