Curitiba no parece Brasil

Niebla, lluvia, frío. Así nos ha recibido Curitiba. Seguro que los responsables de la Selección conocían de antemano el clima de esta zona, en el sur de Brasil. El problema está en que aquí sólo vamos a jugar el último encuentro de la primera fase y en el resto de partidos nos encontraremos mucho más calor y humedad. La sede de la Selección es todo lo contrario al estereotipo que tenemos de este país sudamericano. Mayoría de población inmigrante procedente de Europa. Tasa de paro, cuatro por ciento, que viene a ser la mitad de la que soporta el resto de la población.

El ambiente de protestas del resto de las ciudades sedes de este Mundial, asoma poco en esta tranquila ciudad. Lo mismo ocurre con las famosas favelas, que en Curitiba son casi testimoniales. Si lo que pretendíamos es estar tranquilos y aislados del resto del Mundial, lo vamos a conseguir seguro. Esta táctica nos dio resultado en Neustif, en la Euro 2008. Y lo mismo ocurrió en Potchefstroom en el pasado Mundial de Sudáfrica y en Gniewineo en la última Eurocopa. Siempre lugares apartados, aislados, con un clima que permite realizar entrenamientos de mucha carga al poder evitar las elevadas temperaturas.

Pues ahora lo han clavado con la Ciudad Deportiva del Club Atlético Paranaense. Incluso lo han conseguido todavía más. El aislamiento con la prensa será aún mayor porque la extensión del recinto es parecida a la de Valdebebas en Madrid y eso dificultará el contacto entre periodistas y jugadores. Pero al final, todo dependerá de si entra o no el balón.